Ciber-Adicción

-Papá, papá… ¡un ratito más!
-Bueno hijo, sólo unos minutos más y basta. Tienes que descansar.

¿Alguna vez han oído algo similar? ¿Les resulta conocido o creen que, como dice el dicho, “sólo pasa en las películas”?
Esta es una reproducción de un diálogo muy arraigado en nuestras casas. Hijos y padres que intentan lidiar ante el poderío de la computadora y la Internet.
Como ustedes saben, en la actualidad el porcentaje de adolescentes adictos a la web ha aumentado en demasía, y en muchos casos, se presume que estas conductas han producido reacciones obsesivas, paranoicas y violentas. ¿Cómo podemos combatir este mal?
En primer lugar, debemos aclarar que el uso de Internet no es perjudicial, muy por el contrario, representa una herramienta más que fundamental en el aprendizaje y construcción del conocimiento. Ustedes, siendo alumnos, tienen la posibilidad de acceder a cualquier tipo de información, aunque de todos modos, hay que tener cierta precaución al momento de seleccionarla.
Si bien acabamos de reconocer la necesidad de acceder a internet, también debemos aclarar que como toda actividad, hobby o herramienta de trabajo, puede generar ciertos excesos que resultan incontrolables en el seno familiar. Esta clase de personas, denominadas Ciber-adictos, suelen permanecer horas y horas delante de la computadora con el consentimiento de sus padres, sin importar las consecuencias de dichas conductas. Además, muchos están expuestos al accionar de redes de pedofilia que no hacen más que ingresar en su núcleo privado y atormentarlos con conductas e imágenes sumamente morbosas.
Si bien no es una adicción a una droga en particular, su recuperación también depende de un tratamiento y del grado de predisposición del paciente y el empeño trasferido por los padres.
De esta situación se desprende la siguiente pregunta, ¿son culpables los padres de que sus hijos adopten estás costumbres, o son victimas ellos también de las presiones de la sociedad y de sus propias obligaciones?
Ahora les toca el turno a ustedes, espero sepan dialogar con respeto y amabilidad. ¡Mucha Suerte!




Eric Lagorio
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Periodismo